jueves, 10 de marzo de 2011

Constantinopla en sueños

Podria haber preguntado tu nombre,
pero no me interesaba saberlo.
Podria haberte inventado uno,
pero me gusta fantasear otras cosas.
Preferiria no haberte conocido,
pero la pasabamos bien.
Conteste a todas tus preguntas,
pero jamas pregunte nada.
Nunca me interesarian tus respuestas,
no te queria para cuestionarios.
No te juzgue ni pedi que me juzgues.

Asi como apareci,
me aleje de tu vida.
Espero no me extrañes;
yo jamas te extrañaria.
No me gusta malgastar tiempo,
y menos en habitaciones agenas.

Casi nada de lo que queda es propio

"Casi nada de lo que queda es propio"; asi se llamaba el libro que encontre.
Detesto encontrar cosas en la calle, ese tipo de cosas que te dan un mensaje que no queres analizar.
Al llegar a casa queme el libro... No me interesa leer libros encontrados y el olor a literatura quemada me es adictivo.
Solia dedicarme a quemar libros. Algunas veces me metia en las bibliotecas y bañaba los estantes con alcohol etilico; intentaba juntar los libros con olor mas atractivo en un solo estante e iniciaba el incendio desde alli.
Recuerdo que en esa epoca me buscaba la policia, nunca entendi bien el porque hasta acabe en prision; acusado por un incendio y por la muerte de tres mujeres asfixiadas y un niño incinerado al que le cayo ensima un estante... Desperdicio enorme! Todos esos suculentos libros manchados con olor a carne! 
En prision aprendi cosas nuevas; prender fuego puede volverse dificultoso en un lugar como ese, necesitas aprender nuevas tecnicas y practicar mucho para ser todo un artista piromano. 
Tambien en prision es donde pude poner a prueva mis nuevas estrategias.
Estando encerrado estuve involucrado en tres motines, cada uno con sus bajas, cada uno con sus golpes, cada uno con su cantidad de papel quemado que servia a mi cerebro de placebo ante la falta de literatura ardiente.
Al cumplir mi condena decidi empezar una nueva vida, me case, tuve dos hijas, un perro y una biblioteca que lo destruyo todo cuando me arte de pasar tiempo con la mierda humana a quienes tenia que llamar familia.
El perro sigue vivo, era el unico que valia la pena, me solia traer el diario.